lunes, 3 de diciembre de 2012

APOLO


Apolo era hijo de Zeus y de una titánide llamada Latona. Era hermano gemelo de Artemis. El nacimiento fue muy complicado porque Hera, esposa de Zeus, viendo que su esposo le había sido infiel de nuevo, quiso vengarse haciendo que la Tierra le prometiese que Latona no podría dar a luz en ningún lugar alumbrado por el Sol.

Latona, a punto de parir, caminaba sin cesar de un lugar a otro. El dios del mar Poseidón se apiadó de ella y la llevó a una isla flotante; allí levantó una ola gigantesca que cubrió toda la isla con una bóveda de agua, ocultandola de la luz del sol y Latona pudo alumbrar a sus hijos. A partir de entonces, aquella isla flotante y árida, fue muy fértil y se llamó Delos, ''la brillante'' por haber sido la cuna de Apolo, el dios de la luz.
Los dioses hicieron varios regalos al pequeño, pero el que más agradeció Apolo fue el arco y las flechas que le fabricó Hefesto, serían su atributo más característico.

Con su arco y sus flechas, marchó Apolo a buscar un lugar donde se le rindiera culto. Llegó a una isla donde se alzaba el monte Parnaso, que le pareció un bonito paraje para ser adorado, se quedó allí y construyó un altar. Viendo que pasaba por allí un barco de marineros, se convirtió en delfín, los guió a la costa y los convirtió en sus sacerdotes. Por eso la isla se llamó Delfos.

En esta isla Apolo llevó a cabo una gran hazaña: con su arco y sus flechas divinas dio muerte a una gran serpiente llamada Pitón. Para celebrarlo se consagró a Apolo un oráculo, que acabaría siendo el famosísimo Oráculo de Delfos, se sentarían las sacerdotisas del oráculo llamadas Pitonisas en honor de la serpiente. Apolo se convirtió en el dios de los oráculos. Se le conoce por su condición de dios de las artes y, especialmente, de la música. Acompañado siempre por las Musas, solía celebrar animadas reuniones en el Olimpo y también en el monte Parnaso.

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