Para los griegos, los Infiernos era donde estaban los muertos y dentro de los Infiernos había dos sitios: el Infierno donde iban los condenados y los Campos Eliséos donde iban las almas nobles y generosas.
En este reino estaba el Tártaro donde se hacían torturas extremas y durante periodos indefinidos de tiempo.
El gobernador de este reino era Hades, hermano de Zeus. Hades era un dios que no se relacionaba con nadie y no era un dios alegre.
Para llegar a los Infiernos había que pasar por Estigia.
Cuando los muertos llegaban allí. Caronte los montaba en su barca y les
cobraba una monera de oro que los muertos llebavan dentro de la boca.
Una vez cruzado el río, estaba el Hades custodiado por el Cancervero.
Una
vez dentro, el muerto era juzgado por tres jueces y ellos decidían si
le mandaba al Infierno o a los Campos Elíseos. Cerca del Tártaron
estaban las Furias que se encargaban de que los muertos cumplieran su castigo.
También estaban las Parcas
que manejaban los hilos que era la vida de los hombres y cuando creían
oportuno cortaban el hilo y eso significaba que ya había llegado su hora
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